Un artículo para hoy. Son muchas las publicaciones, investigaciones y estudios que aparecen diariamente sin darnos cuenta.
En este caso hoy traigo un estudio de Catherine Preston y H. Henrik Ehrsson. Tiene por título: Illusory Obesity Triggers Body Dissatisfaction Responses in the Insula and Anterior Cingulate Cortex. Cerebral Cortex, 2016; DOI. El estudio se puede encontrar Pinchando aquí.
Este estudio se basa en la concepción actual que se tiene de la imagen corporal, la talla y los emociones negativas hacia el cuerpo que existen en la mayoría de las personas occidentales. Ya hablamos hace tiempo de los daños que se ejercían con estos estereotipos en las pasarelas, sí conocéis esa entrada del blog os invito a ella pinchando aquí. El concepto que se tiene del cuerpo ha ido cambiando y evolucionando a lo largo de los años, pero la realidad es que «querer ser más delgadas o delgados» genera también problemas de salud mental y física que pueden llegar a ser graves.
Volviendo al asunto. Los mecanismos neurales que se encuentran como base de estos sentimientos negativos hacia el cuerpo aún son casi desconocidos por lo que se necesita de su estudio. El estudio de enfermedades como anorexia, bulimia, obesidad siendo trastornos de la conducta alimentaria sigue estudiándose y es que el estudio y la educación son las mejores forma de prevención.
En la investigación se utilizaron ilusiones multisensoriales para crear la sensación de cuerpos obesos y delgados mientras se realizaba una resonancia magnética. Entre las partes cerebrales afectadas en el proceso y desarrollo de las emociones negativas en estos casos está la ínsula y el córtex cingular anterior junto con sus interacciones con el córtex parietal posterior, encargado en la percepción de la obesidad. Los resultados en la percepción de la delgadez, fueron mayores en las participantes femeninas. Y es que como ya sabemos de forma general, y de forma particular los profesionales, son muchos los casos que se producen de trastornos alimentarios en mujeres, aunque también se producen en hombres aunque no de forma tan visible como en mujeres. En el experimento participaron 32 personas, la mitad eran hombres y la mitad eran mujeres.
Entonces, ¿qué indica este estudio?. Que las percepciones del cuerpo y las sensaciones que produce tienen su efecto en el cerebro y por tanto podrían explicar a niveles neurológicos y biológicos la vulnerabilidad de la mujer a los trastornos de alimentación.