Siempre ha sido algo controvertido los efectos que podrían tener los videojuegos en las personas. Encontré un estudio sobre el tema y me pareció interesante. Llevado a cabo por distintos autores como G L West, K Konishi, M Diarra, J Benady-Chorney, B L Drisdelle, L Dahmani, D J Sodums, F Lepore, P Jolicoeur y V D Bohbot sobre el impacto de los videojuegos en la plasticidad el hipocampo, una parte de nuestro cerebro. El artículo en concreto se llama: Impact of video games on plasticity of the hippocampus publicado en Molecular Psychiatry en2017. Se puede consultar pinchando aquí.
Entre los efectos positivos de los videojuegos se encontraba mayor atención visual,memoria a corto plazo o mayor control motor de movimientos. En el estudio pudieron demostrar el impacto real de los videojuegos en el cerebro los participantes, como el juego iba modelando su sistema nervioso. Participaron 64 personas entre los 18 y los 30 años para que jugaran durante 90 horas en distintos videojuegos y modalidades. Estos participantes nunca habían jugado a videojuegos anteriormente.
Se observó que tras jugar tanto tiempo algunos participantes perdían masa gris del hipocampo mientras que otros la aumentaban. Dependía del tipo de juego, y sobretodo de la orientación que tenía cada jugador en el desarrollo de la tarea, más espacial o menos. Los resultados no son concluyentes por lo que muchos investigadores continuaran la tarea de ver cuál es el efecto de estos juegos en las personas.
Está por determinar que aspectos del juego influyen en estos cambios en el sistema nervioso, si podría determinar la aparición de enfermedades neurológicas, y otros aspectos aún desconocidos que se trabajaran futuros estudios sobre este tema. En cualquier caso interesante ver como al final todo puede cambiar nuestro cerebro y sistema nervioso tanto en positivo como en negativo. Un tema a no perder de vista en el futuro.
¿Es lo mismo sentirse bien que sentir bien?. ¿Qué es sentirse bien?. Parece un trabalenguas que os presento con esta entrada. En este caso me gustaría acercaros un estudio interesante que indaga un poco más sobre el secreto de la felicidad, si es que eso existe. Los investigadoresMaya Tamir, Shalom H. Schwartz, Shige Oishi y Min Y. Kim nos acercan un estudio sobre si sentirse bien es lo mismo que sentir bien. Además de enfatizar el factor cada vez más clave de las emociones displacenteras en este acercamiento a la felicidad.
El artículo en sí se llama «The Secret to Happiness: Feeling Good or Feeling Right» y fue publicado en Journal of Experimental Psychology: General el 14 de agosto de 2017. Pinchando aquí podréis ver el artículo en caso de que sea de vuestro interés leerlo.
En este estudio se investigó el efecto que tenían las emociones que las personas querían sentir para tener vidas más felices y saludables. Lo curioso del estudio es que daba igual que fueran emociones agradables (alegría, amor) que desagradables (odio, ira). Y es que la felicidad no solamente sentir emociones agradables, sino sentir experiencias que signifiquen algo para nosotros.
La investigación se realizó a través de distintos países (Estados Unidos, Brasil, China, Alemania, Ghana, Israel, Polonia y Sinagapur) y con 2324 estudiantes universitarios siendo por tanto un estudio a través de diferentes culturas y países.
En general todos los participantes buscaban emociones placenteras y menos displacenteras en sus vidas pero se vio que un 11% de los participantes preferían sentir menos emociones placenteras como amor o empatía en comparación con su vida diaria. Mientras que un 10% de los estudiantes prefería tener emociones displacenteras como odio o ira. Entre estos dos grupos se encontraba un tercer grupo de personas a camino entre ambos lados.
Los estudiantes fueron preguntados también por las emociones que deseaban y las que realmente sentían en sus vidas. La conclusión que se obtuvo fue que aquellos participantes que tenían más emociones que ellos querían sentir tenían una vida más satisfactoria y menos síntomas depresivos. Tanto si las emociones eran agradables como desagradables.
Cabe destacar que el estudio en cuanto a las emociones negativas sólo incluía cuestiones como odio, hostilidad o ira. Por tanto quizás no sea el estudio más completo que nos podamos encontrar ya que el abanico de emociones no es tan amplio como se espera. La cuestión es que siempre debemos recordar el poder de las emociones en nuestra vida, el papel fundamental de todas las emociones en nuestra vida, todas están y todas son necesarias porque cumple su papel y nos adaptan al medio.
Me gustaría dejar hoy una charla de TED a cargo de la bióloga Dawn Maslar. En su discurso nos habla del amor desde el punto de vista biológico con diferentes estudios y bases científicas del mismo. Aporta de esta forma una nueva visión a una emoción que todos de una u otra forma sentimos alguna vez en la vida.
Y es que el amor es una emoción, por supuesto una emoción positiva. Porque nos aporta sensaciones agradables, queremos volver a repetirlo y sentirlo de forma constante. Dawn en su charla nos aporta información sobre esta emoción desde la biología y nos explica que sucede cuando un hombre o una mujer se enamoran.
Como siempre digo potenciemos las emociones positivas frente a las negativas, pero todas son necesarias y cumplen su función. Disfrutad de la charla y del amor.
*Todos los derechos son del creador. Sólo difundo este vídeo. No soy su creadora ni su dueña.*
Un artículo para hoy. Son muchas las publicaciones, investigaciones y estudios que aparecen diariamente sin darnos cuenta.
En este caso hoy traigo un estudio de Catherine Preston y H. Henrik Ehrsson. Tiene por título: Illusory Obesity Triggers Body Dissatisfaction Responses in the Insula and Anterior Cingulate Cortex. Cerebral Cortex, 2016; DOI. El estudio se puede encontrar Pinchando aquí.
Este estudio se basa en la concepción actual que se tiene de la imagen corporal, la talla y los emociones negativas hacia el cuerpo que existen en la mayoría de las personas occidentales. Ya hablamos hace tiempo de los daños que se ejercían con estos estereotipos en las pasarelas, sí conocéis esa entrada del blog os invito a ella pinchando aquí. El concepto que se tiene del cuerpo ha ido cambiando y evolucionando a lo largo de los años, pero la realidad es que «querer ser más delgadas o delgados» genera también problemas de salud mental y física que pueden llegar a ser graves.
Volviendo al asunto. Los mecanismos neurales que se encuentran como base de estos sentimientos negativos hacia el cuerpo aún son casi desconocidos por lo que se necesita de su estudio. El estudio de enfermedades como anorexia, bulimia, obesidad siendo trastornos de la conducta alimentaria sigue estudiándose y es que el estudio y la educación son las mejores forma de prevención.
En la investigación se utilizaron ilusiones multisensoriales para crear la sensación de cuerpos obesos y delgados mientras se realizaba una resonancia magnética. Entre las partes cerebrales afectadas en el proceso y desarrollo de las emociones negativas en estos casos está la ínsula y el córtex cingular anterior junto con sus interacciones con el córtex parietal posterior, encargado en la percepción de la obesidad. Los resultados en la percepción de la delgadez, fueron mayores en las participantes femeninas. Y es que como ya sabemos de forma general, y de forma particular los profesionales, son muchos los casos que se producen de trastornos alimentarios en mujeres, aunque también se producen en hombres aunque no de forma tan visible como en mujeres. En el experimento participaron 32 personas, la mitad eran hombres y la mitad eran mujeres.
Entonces, ¿qué indica este estudio?. Que las percepciones del cuerpo y las sensaciones que produce tienen su efecto en el cerebro y por tanto podrían explicar a niveles neurológicos y biológicos la vulnerabilidad de la mujer a los trastornos de alimentación.
Hoy nos ponemos un poco más serios. Hacía ya muchos meses que no traía al blog un artículo interesante. Hoy os presento un artículo sobre la interacción cuerpo-contexto para regular la experiencia emocional en distintas situaciones.
El artículo es de Martin Dobricki y Paul Pauli y se títula «Sensorimotor body-environment interaction serves to regulate emotional experience and exploratory behavior». Heliyon, 2016; 2 (10): e00173 DOI. Pinchando aquí se puede encontrar un enlace directo al artículo.
Se trata de un estudio en realidad virtual. La realidad virtual está muy de moda ahora en terapia ya que debido al avance de las tecnologías son muchas las consultas que están poniendo de moda este tipo de terapia. La terapia virtual se utiliza sobretodo para tratar fobias por la efectividad que tiene y sobretodo con algunas en la que el coste/tiempo/espacio no permite trabajar con ellas. Dicho este pequeño inciso volvamos al artículo.
En este estudio la interacción del cuerpo y el espacio ayuda a regular las emociones que se generan y además a ayuda al comportamiento que se vaya a desarrollar en ese contexto concreto. La información que nos da nuestro cuerpo y la que nos da el espacio en el que estemos son estímulos. Los estímulos van a generar las emociones y por tanto nuestra forma de reaccionar en cada situación.
Esta investigación nos dice que sentirnos asustados, alegres o sentirnos bien en un contexto dependerá de esa combinación de la percepción de nuestro cuerpo y la de la percepción del espacio según los datos obtenidos a través de procesos de realidad virtual. Lo relevante del estudio es que según éste, es el cerebro el que ajusta las informaciones que nos dan esas percepciones para controlar tanto el comportamiento como la experiencia emocional.
La realidad virtual propuestas fue la siguiente: Un claro de un bosque en el que realmente los participantes estuvieran caminando entre dos plataforma estrechas conectadas entre sí, presentadas virtualmente como un contexto de «altura». Las conclusiones a las que llegan es que la percepción de la situación, y la forma de reaccionar, en este caso movimiento de cabeza, genera también el comportamiento y reacción emocional que se produce.
El experimento se realizó con 14 personas y se pueden ver las imágenes de esa realidad virtual que se realizó en el enlace que he puesto antes. Así como el artículo completo.
En el año 2013 se publicó el 27 de Noviembre un artículo, en mi opinión, muy interesante para la psicología. Unos investigadores realizaron un mapa corporal con las emociones (las más importantes) que tiene el ser humano. El artículo se llama «Bodily maps of emotions» y sus autores son Lauri Nummenmaaa, Enrico Glereana , Riitta Harib, y Jari K. Hietanend, todos investigadores de Finlandia.
Las emociones como ya he comentando en alguna ocasión, tienen su reflejo en el cuerpo también. Y es que éstas se manifiestan de tres formas: cognitiva (pensamientos, preocupaciones, etc), motora (me muevo más, me muevo menos, me toco el pelo) y fisiológica (respiro agitadamente, noto taquicardias, etc). En este último caso es el que nos implica este artículo, ya que vemos que se ha demostrado que las emociones efectivamente afectan al cuerpo, o mejor dicho el cuerpo se ve afectado por ellas.
Conociendo las emociones como las conozco, he de decir que se han acercado tanto a las sensaciones que transmiten esas emociones que por eso es un gran hallazgo. Si queréis saber como han hecho su trabajo o algo más acerca de él, podéis encontrar el texto y un resumen además de otros datos en este link: article
Os quiero dejar un breve vídeo también que resumen un poco en imágenes lo que ha obtenido este estudio. Os dejo algunas palabras traducidas a español, por si tenéis problemas con el inglés. Happiness: Felicidad; Anger: Ira; Fear: Miedo; Disgust: Disgusto; Sadness: Tristeza; Shame: Vergüenza; Surprise: Sorpresa; Pride: Orgullo; Love: Amor; Envy: Envidia; Anxiety: Ansiedad
*Todos los derechos son del creador. Sólo difundo este vídeo. No soy su creadora ni su dueña.*
El pasado 20 de Marzo se publicó un estudio en la revista Brain (A Journal of Neurology) sobre el autismo y el funcionamiento del cerebro en estas personas. El artículo se llama: «Autism: reduced connectivity between cortical areas involved in face expression, theory of mind, and the sense of self» y sus autores son Wei Cheng, Edmund T. Rolls, Huaguang Gu, Jie Zhang and Jianfeng Feng. El artículo como he dicho se ha publicado el 20 de Marzo de 2015, por lo que es muy reciente.
Se estudiaron 418 personas con autismo identificando un región implicada en la expresión facial en comportamientos sociales. Además han identificado una reducción en la conectividad en una zona implicada en la comunicación emocional y social, y en otra implicada en las funciones espaciales tanto con uno mismo con con el entorno. Los investigadores creen que tanto la baja conectividad entre las zonas (y dentro de ellas mismas) de la expresión facial y el sentido de uno mismo y del entorno podrían facilitar la aparición de los síntomas del autismo.
El autismo es un trastorno que afecta a 1 de cada 150 niños, por tanto la investigación ayuda a conocerlo mejor y ayuda en la forma en la que se deba enfocar el mismo.
Si os interesa el artículo y queréis leerlo (está en ingés de momento solo) o leer un breve resumen lo podéis encontrar en este link: Article