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Los niños y sus extraescolares

Las extraescolares, son aquellas actividades lúdicas o de estudio que se realizan fuera del horario escolar habitual. No las realizan todos los niños y niñas (o adolescentes) sino aquellos que quieren hacerlas o aquellos que son «obligados» por sus padres a hacerlas.

Suelen ser actividades de todo tipo. Deportes como: fútbol, tenis, baloncesto, natación…. Musicales cómo aprender a tocar piano, guitarra, violín o canto. También de idiomas para aprender inglés, francés, italiano o alemán o español en su defecto. Y para reforzar sus estudios como apoyo escolar en: matemáticas, lengua, historia, química, física, etc.

Así a simple vista todas parecen ser buena idea, ¿pero qué pasa cuándo el niño/a va a tantas clases que apenas tiene tiempo libre?. El niño se satura, terminar por estar agotados en estas clases y a veces (en muchas ocasiones) con un mal comportamiento en las mismas al estar cansados y agotados. Y los padres a veces saturados o a veces no, viviendo en un mundo paralelo. Y es que no todo suma, es mejor poco y bien que mucho y mal. Lo digo por experiencia personal y laboral en el mundo de las extraescolares de todo tipo. He conocido algunos niños que iban hasta a tres actividades diarias diferentes. Eso suponía que acababan su jornada sobre las 8 y 9 más hacer deberes y/o estudiar.

Lo bueno gusta, lo mucho cansa. Está muy bien que los niños aprendan inglés y hagan un deporte, de hecho lo recomiendo a todos. Pero rellenar su horario con mil cosas lo veo excesivo. En especial en niños pequeños que terminan agotados y lo que hacen al final es reventar las clases a los demás chavales que van.

Por eso yo creo que es bueno primero preguntar al niño/adolescente que quiere hacer. Y en consenso intentar apuntarle a algo que quiera ir. Normalmente los niños a actividades como apoyo escolar y/o idiomas no quieren ir. Porque les resulta más como otra clase, que se suma a las 6 que ya llevan en el colegio pero también son productivas. Lo mejor es combinar estas actividades con otras lúdicas para que puedan también descansar de estudiar.

Pero lo más importante no es «deshacerse» del niño esas horas, que siento decirlo pero muchos padres hacen eso. Entiendo que conciliar es difícil, pero mandar al hijo/a a tres horas seguidas diarias de extraescolares lo veo excesivo. Lo mejor es el equilibrio. Y lo normal ya dicho de paso es que todos los niños vayan al menos a una extraescolar, les ayuda a conocer a otros niños, a veces de diferentes colegios y aprender y mejorar en otras disciplinas.

Por tanto, sí a las extraescolares. Pero no a la sobrecarga de ellas. 

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La Selectividad: consejos para no sufrir con estos exámenes

La Selectividad es un trámite que muchos alumnos tienen que pasar una vez finalizado los estudios en el colegio o instituto de Bachillerato. En muchas ocasiones este trámite se convierte en un sufrimiento para el alumno tanto por la presión que se ejerce durante todo el curso como durante la Selectividad propiamente dicha. Lo cierto es que una vez que pasa con el tiempo se ve de otra forma. Aquí os dejo una serie de consejos para sobrellevar mejor este periodo y no sea de «sufrimiento»:

  1. Bachillerato te ha preparado: Recuerda llevas dos años, especialmente 2º, preparando esas pruebas y esos contenidos. No va a ser algo nuevo que tengas que estudiar nuevo, sino repasar a conciencia.
  2. Organiza tu estudio: Aconsejo que siempre te organices tu estudio, sea Selectividad o no. En este caso dependiendo de tu colegio/instituto, tendrás de una a dos semanas «libres» para estudiar antes de Selectividad, puede que más, dependiendo del lugar dónde estudies. Organiza ese tiempo, haz si es necesario un horario o plan en papel (u ordenador). Planifica que asignaturas vas a dedicar más tiempo, cuáles menos y cuándo vas a estudiar cada cosa.
  3. Cuándo estudiar cada cosa: Eso depende de ti. Hay personas que estudian muy bien por la mañana levantándose pronto y otros prefieren acostarse más tarde. Yo no aconsejo hacer vida de noche, ya que recuerda que los exámenes son por la mañana y el cambio te va a costar para esos días de examen.
  4. No mezcles asignaturas: No hagas media hora de esta asignatura y media de esta otra. Céntrate en algunas un día y otras otro.
  5. Haz pausas en el estudio: Estudiar cinco horas seguidas y estar agotado al final te va a perjudicar al día siguiente de estudio. Hacer pausas ayuda a tu cerebro también. Cada dos horas o como mucho tres debes hacer una pausa de 15-20 minutos. Ya lo sé….¡¡no que no me da tiempo!!. Repito es mejor estar fresco.
  6. Qué hacer en las pausas: Bebe agua, toma fruta, merienda, ve al baño, habla con tu familia, amigos, escucha música, mira la televisión, internet, etc. Desconecta. 🙂
  7. Haz exámenes de Selectividad: El patrón de los exámenes es el mismo, revisa bien cuáles son los criterios de tu curso escolar que pueden cambiar respecto a otros años. Normalmente en tu centro de estudios te habrán facilitado exámenes de todas las asignaturas. Si no es así, o quieres más en internet puedes encontrar muchos exámenes tanto en las webs de las universidades como webs de selectividad. También puedes hacer exámenes de otras comunidades que no sean la tuya. 
  8. Duerme: sí duerme, como hemos visto estudiar demasiadas horas y no dormir no es buena combinación. Tú cerebro y tu necesitáis descansar para asentar mejor los conocimientos y estar frescos al día siguiente.
  9. Come: Realiza todas las comidas del día, cuando se estudia muchas veces comemos mal, poco o mucho. Trata de seguir tu horario normal de comidas.
  10. Horarios: En la medida de lo posible respeta tus horarios habituales de comidas, dormir, etc.
  11. Realiza relajación: Empieza el día haciendo respiración abdominal y si sientes que estás nervioso dedica al menos cinco minutos a realizar esta respiración. Es mejor perder cinco minutos y mejorar mi estado de ansiedad que seguir estudiando. También puedes añadir otras técnicas de relajación como Entrenamiento Autógeno, Jacobson, Mindfulness, Meditación, etc.
  12. Autoinstrucciones positivas: Escribe frases cortas del tipo: tú puedes, has estado estudiando mucho ¡vamos!, ¡Ánimo!, Ya queda menos, A por ello. Las puedes escribir o repetir mentalmente para que te den energía en tu estudio y en tus horas bajas.
  13. Recuerda que no es el fin del mundo estos exámenes.

¡¡¡Suerte valientes!!!

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Bachillerato: la llegada del estrés

Me he decidido a crear este post tras ver como estos cursos causan gran malestar en sus alumnos. Por tanto va dedicado a todos esos alumnos sufridores de Bachillerato, especialmente a los de 2º Bachillerato que tienen que sumarle la temida Selectividad. Y es que para muchos Bachillerato supone la llegada del estrés por primera vez.

Lo cierto es que llegas a Bachillerato conociendo de antemano «que es muy duro, que uff tienes que estudiar mucho» o en el peor de los casos y gracias al familiar de turno que deprime a todo el mundo «pues ya puedes estudiar o tú suspendes seguro». Bueno no hay que alarmarse, es otra etapa en tu vida estudiantil. Seguramente es la más importante hasta la fecha, ya que te juegas en algunos casos becas importantes, en otros acceder a la universidad, en otros conseguir la carrera que te gusta, en otros acceder a un módulo y en otros simplemente aprobar para obtener ese título. En cualquier caso es tu primer contacto con algo llamado estrés y con la ansiedad.

Es la primera vez que tienes tanto estrés porque tienes una fecha límite, una nota a la que llegar y la presión es fuerte. Depende mucho del colegio o instituto al que vayas, algunos son más exigentes que otros. Aunque ahora a lo mejor vienen las quejas vuestras…»el mío es el más duro de aquí».…bueno eso lo dicen todos al final jeje. Tienen que meter caña para que lleguéis al nivel, para ver si el paso a la universidad va a poder con vosotros o no. Aunque también os digo que la universidad con Bolonia es mucho más «light» ahora que antes.

Lo que os quiero decir, a vosotros estudiantes y a las sufridas familias, es que ese estrés y esa ansiedad es totalmente normal. Primera vez que se os exige tanto a nivel educativo, que se ve el final del camino, en muchos casos exigencias de nota para tenerla buena o para aprobar simplemente, son los cursos dónde más se estudia (es lógico son los últimos). Al final la Secundaria os ha ido preparando mejor o peor pero es una preparación. Una vez pasado estos cursos se suelen ver como otra perspectiva y más aún si se sigue estudiando títulos superiores dónde aumenta la exigencia.

El problema es que de repente aparece algo que no conoces, y tienes un estrés increíble, te angustias, no duermes, tienes ansiedad como nunca en tu vida y estudias demasiado. Y aún así no siempre apruebas o no siempre sacas la nota que quieres y esto genera más ansiedad. Es normal. Lo que hay que hacer es saber gestionar nuestro tiempo estos cursos, en ocasiones vas a tener que hacer sacrificios y más ahora a final de curso. Piensa que ya queda menos es fastidiarse un mes o dos, pero merece la pena. Es aprender a sacrificarse como estudiante, hay tiempo para todo, para estudiar, para relajarse….

En definitiva lo que tienes que hacer es planificarte desde principio de curso y si no lo has hecho y te encuentras ahora en Mayo con el agua al cuello, trata de planificar los últimos exámenes, si tienes que sacrificar alguna quedada pues hazlo, pierdes un día y ganas los demás después del examen. Realiza relajación, y recuerda que no eres el único que lo pasa mal en estos cursos. Conoce bien la ansiedad y el estrés, tus próximos compañeros en Bachillerato. Y no decaigas, que todo pasa al final.

¡Ánimo!

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El niño y la rabieta

Los niños igual que tienen cosas buenas tienen cosas malas…..o más bien cosas que nos enfadan a los adultos. Ya sea si son sus padres, sus tíos, hermanos mayores, profesores o cualquier otra persona, los niños tienen rabietas. 

En realidad es como si les entrara tal rabia que casi, casi te la contagia a ti también. Pero lo que hay que tener presente es que son normales hasta cierto punto entre los 2 y los 5 años. Los niños están entrando en la infancia, y con la evolución normal llegan estas «pataletas». También pueden aparecer posteriormente. Lo que hay que tener en cuenta es que debemos mantener la calma ante todo, a pesar de que el niño o la niña, nos esté «poniendo de los nervios». Nosotros somos el adulto, somos quién maneja la situación y no el niño. Hay que manejar la situación con autoridad y con calma. Ya que si nos alteramos nosotros y empezamos a gritar al nivel del niño, éste seguramente empezará a tener una rabieta mayor.

Hay que hacer caso al niño, sí, pero no al lloro, al grito, etc. No hay que ceder ante sus exigencias (no quiero comer, no me quiero bañar, no quiero irme del parque, etc). Hay que mantenerse firmes, con autoridad pero calmados. Se pueden buscar conductas alternativas a la rabieta, como por ejemplo que ayude en la preparación de la comida (si tiene rabietas por eso), cantar canciones, leer cuentos (mientras se va a dormir), etc.

Los niños, a pesar de ser pequeños, no son tontos. Por eso si cuanta más importancia se de a sus rabietas (sin sentido) más las harán. Es por eso que es tan importante mantenerse firmes y no ceder a sus exigencias de niños.

Recordad que aunque parezca que nunca se va a calmar el niño llegará un momento en que lo hará, no perdáis los nervios vosotros, conservad la calma aunque parezca muy difícil en algunos momentos.

¡Y como siempre, recordad que sólo son niños!

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La pegatina de Spiderman

No sé que tienen las pegatinas, no sé que tienen que atrapan a los niños. Quizás sea que algunas son de muchos colores, otras llevan hasta purpurina, otras tienen hasta relieve y otras son hasta de Spiderman.

Sean de superhéroes o no enganchan, y lo que es mejor nos sirven y nos ayudan. Sí, al que no es psicólogo también, sino que se lo digan al profesor que en infantil se pasa el día dando pegatinas a sus pupilos. Nos ayudan, porque las pegatinas equivalen en estos términos a: te has portado bien o te has portado mal. El ejercicio por tanto es simple, y entra dentro de lo que denominamos economía de fichas. El nombre igual os suena de algo, aunque sea de ver la supernanny, reconocerlo. En inglés, para el público que habla la lengua de Shakespeare, es la llamada token economy.

La economía de fichas es una técnica psicológica muy simple (o muy compleja si te complicas la vida claro) que toda persona que trate con niños debería conocer. Digo niños porque se usa más con ellos, pero una buena economía de fichas puede seducir hasta a un adulto. Se trata de una técnica de las que llamamos los psicólogos de modificación de conducta, y es por tanto una técnica conductual. La usamos para modificar o mejorar una conducta.

Pero volvamos a las pegatinas, las pegatinas para que nos hagamos una idea vienen a ser la kriptonita de los niños, su punto débil para bien o para mal. Para los que no están muy puestos en comic la kriptonita es la única cosa que hace débil a Superman superhéroe extratrerrestre para más inri. Es importante elegir bien las pegatinas que se van a usar, si estamos con chavales ya de 12 años si les das pegatinas de Peppa Pig igual te las tiran a la cara, así que coge las otras, que sí hombre las de Spiderman van bien. Aquí dejo algunos ejemplos de pegatinas o stickers.

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Luego es importante que decidas bien las conductas que quieres premiar y cuáles se van a castigar. Y lo más importante cuánto vas a dar por cada cosa que haga bien. Por ejemplo: Traer los deberes hechos o Hacer la cama cada día. Es importante que tú lo sepas y que el niño/a lo sepa también. En este caso no nos escondemos, las cosas de cara siempre. También saber las consecuencias por malas conductas. Por ejemplo: Insultar a un compañero de clase o Dejar ropa tirada en la habitación.

Una advertencia querido lector, las pegatinas como todo, tienen su límite, si abusas de ellas perderán su efecto. Si no actúas según lo acordado, perderán efecto. Es importante poner alguna recompensa a esas pegatinas, un incentivo, un refuerzo positivo. Próximamente volveremos sobre esto. Y a poner en marcha vuestra Token Economy. Y recordad que aunque os pongan de los nervios a veces, los niños, niños son.

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