¿Es lo mismo sentirse bien que sentir bien?. ¿Qué es sentirse bien?. Parece un trabalenguas que os presento con esta entrada. En este caso me gustaría acercaros un estudio interesante que indaga un poco más sobre el secreto de la felicidad, si es que eso existe. Los investigadores Maya Tamir, Shalom H. Schwartz, Shige Oishi y Min Y. Kim nos acercan un estudio sobre si sentirse bien es lo mismo que sentir bien. Además de enfatizar el factor cada vez más clave de las emociones displacenteras en este acercamiento a la felicidad.
El artículo en sí se llama «The Secret to Happiness: Feeling Good or Feeling Right» y fue publicado en Journal of Experimental Psychology: General el 14 de agosto de 2017. Pinchando aquí podréis ver el artículo en caso de que sea de vuestro interés leerlo.
En este estudio se investigó el efecto que tenían las emociones que las personas querían sentir para tener vidas más felices y saludables. Lo curioso del estudio es que daba igual que fueran emociones agradables (alegría, amor) que desagradables (odio, ira). Y es que la felicidad no solamente sentir emociones agradables, sino sentir experiencias que signifiquen algo para nosotros.
La investigación se realizó a través de distintos países (Estados Unidos, Brasil, China, Alemania, Ghana, Israel, Polonia y Sinagapur) y con 2324 estudiantes universitarios siendo por tanto un estudio a través de diferentes culturas y países.
En general todos los participantes buscaban emociones placenteras y menos displacenteras en sus vidas pero se vio que un 11% de los participantes preferían sentir menos emociones placenteras como amor o empatía en comparación con su vida diaria. Mientras que un 10% de los estudiantes prefería tener emociones displacenteras como odio o ira. Entre estos dos grupos se encontraba un tercer grupo de personas a camino entre ambos lados.
Los estudiantes fueron preguntados también por las emociones que deseaban y las que realmente sentían en sus vidas. La conclusión que se obtuvo fue que aquellos participantes que tenían más emociones que ellos querían sentir tenían una vida más satisfactoria y menos síntomas depresivos. Tanto si las emociones eran agradables como desagradables.
Cabe destacar que el estudio en cuanto a las emociones negativas sólo incluía cuestiones como odio, hostilidad o ira. Por tanto quizás no sea el estudio más completo que nos podamos encontrar ya que el abanico de emociones no es tan amplio como se espera. La cuestión es que siempre debemos recordar el poder de las emociones en nuestra vida, el papel fundamental de todas las emociones en nuestra vida, todas están y todas son necesarias porque cumple su papel y nos adaptan al medio.

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