Tengo varios amigos que trabajan en centros de salud y hospitales varios y todos me han dicho lo mismo: «No sabes cuánta gente llega pensando que tiene un infarto y luego es ansiedad o un ataque de pánico«. Lamentablemente para muchos los síntomas de un ataque de pánico son muy bruscos, sobretodo cuando se desconocen los mismos, y puede parecer que hay mucho más que un simple ataque de pánico.
El ataque de pánico, es ansiedad en estado intenso además va acompañada con una incapacidad de control de la situación. Las personas que tienen un ataque de pánico pueden llegar a pensar que van a morir, dado el nivel de angustia al que se puede llegar. Sin embargo como el propio nombre dice es un ataque, una crisis que termina por desaparecer.
El ataque de pánico se puede producir en distintas situaciones, pudiendo estar en ese momento tranquilo y producirse el ataque de pánico. También puede ser caminando, corriendo, conduciendo, viendo la televisión, solo o con gente, etc. Entonces esas situaciones se tenderán a no repetir en el futuro con el fin de que no se vuelva a producir un ataque de pánico. Esto es el punto de inicio del círculo vicioso del ataque de pánico. Los pensamientos que provocan el inicio del ataque son pensamientos catastrofistas y preocupantes como pueden ser la sensación de que se va a sufrir un ataque al corazón en ese momento, mareos, la pérdida de la conciencia o la muerte inminente sin poder hacer nada. Estos pensamientos se unen a la ausencia de una respiración normal y aparición de una respiración agitada (hiperventilación) lo que aumenta todas las sensaciones rápidamente provocando el temido ataque de pánico.
Al interpretar incorrectamente los síntomas fisiológicos de la ansiedad («¿me está dando un infarto?») se inician los pensamientos catastrofistas. Éstos surgen al interpretar mal esas sensaciones normales de la ansiedad (la cuál aparece mediante: síntomas cognitivos que son pensamientos por ejemplo, motores como por ejemplo moverse de un lado a otro de la habitación, y por último síntomas fisiológicos como palpitaciones o respirar rápidamente). Tiene una duración de unos 10-20 minutos llegando a su punto más alto a los 10 minutos en el cuál las sensaciones son fuertes.

Se trata de un proceso normal que muchas personas lo padecen en su vida al menos una vez, por lo tanto son algo común y no particular de una persona. El problema viene cuando al sufrir ataques de pánico se evitan situaciones, lugares, momentos o personas que dan miedo y provocan estos ataques de pánico como es el caso de las fobias por ejemplo.
Los ataques, además, pueden provocar baja autoestima, trastornos de sueño, abuso de sustancias, bajo rendimiento escolar y laboral, aislamiento, depresión y agorafobia. Son muchos los factores que pueden provocarlo por primera vez. Generalmente van a ser situaciones estresantes o de ansiedad aunque también pueden ser situaciones o eventos traumáticos.
Los síntomas del ataque de pánico son los siguientes:
- Palpitaciones o taquicardia
- Sudor
- Temblores
- Sensación de ahogo o falta de aire
- Sensación de asfixia
- Dolor en el pecho
- Escalofríos o calor
- Náuseas
- Mareos o aturdimiento o desmayo
- Despersonalización o disociación. Sensación de sentirse despegado de la realidad
- Hormigueo o entumecimiento
- Miedo a perder el control
- Miedo a morir
Para que sea considerado ataque de pánico deben aparecer al menos 4 de ellos en una aparición temporal y puntual llegando a su punto máximo a los 10 minutos de su aparición.
Aunque pueda parecer extraño, parar un ataque de pánico es muy sencillo.
- Relajarse: Puede empezar en un primer paso por relajarse haciendo respiraciones profundas y completas. Al principio va a resultar muy complicado pues estamos alterados y no respiramos con normalidad. Por eso se debe continuar tratando de respirar con normalidad, al principio costará más y progresivamente la respiración será la adecuada. De esta forma el cuerpo se relajará y la respiración será más apropiada.
- Paramos los pensamientos intrusivos: Los pensamientos negativos que han provocado el ataque de pánico deben pararse. Sí es necesario decir en voz alta ALTO o STOP, se dice. De esta forma se interrumpe el mensaje y el ciclo de esos pensamientos.
- Usar pensamientos alternativos. Reemplazando el pensamiento negativo por uno más adaptado y realista.
En caso de un gran malestar y de no poder parar la aparición de ataques de pánico sólo y la consiguiente generación de malestar en la persona lo mejor es consultar a un psicólogo o profesional de la psicología que le ayude a mejorar su situación y le dé la información que necesita para poder acabar con los ataques.

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